¡Bienvenidas al blog de nuevo, Princesas Valientes!
Después de darle muchas vueltas y de buscar la mejor manera de organizarme, he decidido retomar el blog publicando una entrada semanal cada semana.
Bueno, y qué mejor que reinaugurar el blog con 10 curiosidades sobre la bilogía de Ariel, teniendo en cuenta que la publicación de la segunda parte está a la vuelta de la esquina. Espero que os gusten todos estos secretillos que aquí os cuento; así que… ¡Allá vamos!
1. Me decidí a contar mi historia personal debido a un vídeo de una famosa youtuber con el que di por causalidad (que no casualidad), en el que se sinceraba sobre algo complicado y doloroso por lo que estaba pasando. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que debía hablar sobe ello, y no solo porque yo misma había pasado por ahí, sino porque todavía, a día de hoy, es un tema tabú que incomoda a mucha gente. Más razón aún para contar mi experiencia a través de esta historia.
No puedo deciros quién es la youtuber ni poneros el enlace del vídeo, ya que entonces os estaría haciendo un enooorme spoiler de la bilogía.
2. La parte narrada a modo de diario es personal y la he vivido. El resto no. Ni canto (solo en la ducha y/o en el coche), ni hago surf (una vez probé a hacer bodyboard con un ex que era experto en estos menesteres y salí bien escaldada: la tabla me golpeó en la cara y terminé viendo las estrellas chorreando sangre por la nariz). Tampoco tengo un amigo llamado Sebas, aunque en la playa que hay junto a mi casa hay muchos cangrejos y ahora siempre que los veo me acuerdo de él. Y la verdad es que nunca he salvado a nadie de morir ahogado, a no ser que cuente la vez que creí que un amigo se estaba ahogando con una palomita y en un intento por hacerle una maniobra de Heimlich, le rompí los botones de la camisa y le dejé desnudo de cintura para arriba. Vale, esto último me lo acabo de inventar, pero hubiese sido de lo más divertido ¿a qué sí?
La inexplicable sensación de inmensidad nos ha dejado perplejos, mudos, en un estado de asombrosa admiración.
Diría que llevamos cerca de veinte minutos tumbados sobre esta enorme manta que Eric ha extendido en una planicie rocosa bajo un sepulcral silencio, acompañados tan solo por la profunda oscuridad de este colosal cielo abarrotado de diminutas luces. Es difícil de explicar con palabras. Nos encontramos a más de dos mil metros de altura rodeados de estrellas. Millones de ellas.
Diario de una Sirena
3. Esta escena de Diario de una sirena es real, y está inspirada en la segunda cita que tuvimos mi marido y yo cuando nos conocimos. Acabo de preguntarle a él si recuerda ese día y me acaba de decir: «Claro, tú te hacías la dura en aquella época». ¿Yooo? ;D
4. En un principio la historia iba a ser solo a dos voces, hasta que se me ocurrió meter el punto de vista de Sebas y su sonrisa rompecorazones. Aaayyy…
—¡Mira quién ha venido a verte, cielo!
—También he venido a verte a ti, Rosa —contesta este muy resuelto, esbozando su afamada sonrisa de rompecorazones.
Le gusta más pelotear a una mujer… Da igual la edad que tenga, le sale así, como por instinto o algo.
Cantos de una Sirena
5. En medio del proceso de escritura de esta historia me hice mi primer tatuaje, ese «Stay strong» igual al que lleva Ariel en la muñeca derecha. A este ya he sumado tres más, ¡y los que están por venir!
Bajo la vista a mi muñeca, releyendo esa tinta que de tanto rezarla debería estar más que borrada: «Stay Strong». Mantente fuerte. Mantente fuerte, Ariel.
Diario de una Sirena
6. El último capítulo de Diario de una sirena fue el primero que escribí. Me ayudó como guía para saber exactamente lo que quería contar, y además me salió casi sin pensarlo. No tuve que darle muchas vueltas.
7. En verano del año pasado estuve a punto, no solo de abandonar esta historia, también de dejar de escribir. Me sentía superada. Me costaba un mundo sentarme a escribir y buscaba cualquier excusa para no hacerlo. Afortunadamente dejé de escuchar a Úrsula para centrarme en lo que de verdad quería hacer, que era escribir, y por supuesto, contar esta historia tal y como lo he hecho.
«¿De verdad crees que eres capaz de enfrentarte a esto sin recurrir a…?»
«¡Soy yo la que decido cómo van a ser las cosas a partir de ahora, Úrsula!»
«¡Ya! ¿Por cuánto tiempo?»
«¡Qué te jodan!»
Cantos de una Sirena
8. El texto que Ariel recita en el capítulo 38 de Cantos de una Sirena, lo escribí tres días antes de empezar a escribir Bella al desnudo, es decir, el 22 de enero de 2015.
Hace ya una década que apareciste en mi vida,
arrasando con todo, todo lo que tenía.
Eran momentos difíciles, una edad complicada,
no sabía quién era, lo que de mí se esperaba.
Ellos minaban mi fuerza y me arrebataban las ganas,
de seguir adelante, con lo que el mundo me daba.
Y apareciste tú, una tarde cualquiera, no te vi aparecer,
te plantaste a mi lado y ya no supe qué hacer.
Me sedujiste con gran facilidad,
con tus muchos encantos, con tu forma de hablar.
Había algo sensual en tu sencilla mirada,
con un simple guiño, me condujiste a un mundo de nada.
Esto es lo que soy, esto es lo que te puedo dar,
acude a mis encuentros y prometo que lo que deseas se hará realidad.
Cerrando los ojos no miré atrás,
me creí tus promesas, me agarré de tu mano y me dejé guiar.
Las primeras caricias no fueron sutiles,
y aunque no me agradaban, serían las primeras de muchas miles.
Nuestra primera vez fue en un baño oscuro,
te adentraste en mí sin mucho cuidado,
no importaban las formas, solo el fin era válido.
¡No lo tomes por costumbre, no se va a repetir!,
gritaba a oscuras, sabiendo que me mentía a mí misma, al creerlo así […]
Cantos de una Sirena
9. Nunca me he subido a un escenario para cantar como Ariel, pero sí para bailar, que era lo que más me gustaba y lo hacía desde muy pequeña, hasta que me lesioné la rodilla y tuve que dejarlo.
10. Creep de Radiohead es para mí la canción por excelencia de esta historia, además de una de mis canciones preferidas en el mundo mundial.
Espero que os haya resultado interesante.
Si tenéis alguna cosa sobre lo que queráis que hable no olvidéis dejármelo en comentarios.
¡Feliz semana, princesas!
Se os quiere.