Rachel Bels

Rachel Bels

Me criticaba y después me pagó para que le ayudara con sus libros

Lo curioso es que esto me ha pasado al menos, teniendo yo conocimiento, hasta en dos ocasiones. Pero hoy solo te voy a contar una de esas historias.

La de una escritora que conocía por redes sociales, con la que había compartido algún mensaje o comentario en alguna publicación. Poco más. La conocí más profundamente cuando se apuntó a una de mis primeras formaciones online hace unos cuantos años. 

Pero poco antes de hacerlo comenzó a hablarme más a menudo dándome las gracias por el contenido que estaba compartiendo en redes para escritoras, porque al parecer le estaba sirviendo de mucha ayuda. 

Uno día me sorprendió con un mensaje distinto que decía algo así:

Quería contarte algo, estoy haciendo ciertos cambios en mi vida y siento que necesito ser honesta contigo, porque ahora hablo mucho contigo y me pareces una tía de puta madre. Antes me juntaba con (aquí incluía el nombre de algunas escritoras que no voy a mencionar) y me dejaba influenciar mucho por ellas. Decían un montón de cosas sobre ti sin sentido y que ahora me doy cuenta de que no eran ciertas. Era envidia. Había mucha envidia. 

Conocía a las escritoras mencionadas porque nos seguíamos en redes, y con un par de ellas había coincidido en una firma de libros años atrás. Solo las vi una vez en mi vida, compartimos unas pocas horas en las que realmente apenas hablamos porque las circunstancias no daban para mucha charla, no obstante, ellas obtuvieron de aquel encuentro lo suficiente para años de critiqueo, y yo lo suficiente para que me percatara de que eso ocurría. Suelo ser bastante perspicaz con estas cosas, puede que debido a los años de bullying en la infancia, que te preparan para estas cosas. Lo bueno es que la piel se te endurece. Y cuanto más mayor me hago, menos me importa lo que personas que no son relevantes en mi vida puedan decir o dejar de decir, si te soy sincera.

El mes que viene cumplo cuarenta tacos. Y ya estoy mayor para esta mierda. 

Además.

Ayer te hablaba precisamente de que envidiar no es más que una admiración no reconocida. La envidia pone de manifiesto no solo que deseas lo que esa persona tiene, sino que no estás dispuesta a hacer lo que esa persona ha hecho para lograrlo. Por eo la críticas, para sentirte mejor contigo misma. Una tónica bastante mediocre para mi gusto, pero oye, cada una con lo suyo.

Bueno, pues en este caso, esa escritora hizo un difícil trabajo de honestidad para reconocer lo que estaba ocurriendo ahí, que en ningún caso tenía que ver conmigo y mucho con lo que sucedía dentro de ella. 

Después de ese choque de realidad vino a pedirme ayuda.

Y hoy, vive de la escritura.

Las otras escritoras… no.

Mira. Si algo he podido comprobar es que las escritoras que obtienen resultados hacen dos cosas:

  1. Criticar poco y trabajar mucho.
  2. Formarse y poner en práctica lo aprendido.

Si no estás siguiendo alguno de estos dos puntos, ya sabes por qué no obtienes resultados.

Si flojeas en el punto dos y quieres formarte te espero en mi lista privada y gratuita Escritora Extraordinaria.

LISTA PRIVADA Y GRATUITA «ESCRITORA EXTRAORDINARIA»

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